Puedo escribir versos salpimentados
con un toque de
mermelada
mientras me
acurruco en tu pecho
cualquier noche
estrellada.
Puedo cazar tus
mariposas al vuelo
a la orilla de
la chimenea
mientras me
miras con tu sonrisa pícara
cualquier noche
apasionada.
Puedo robarte
las horas
en el colchón de
las miradas infinitas
mientras mi
aroma te embriaga
cualquier noche
hechizada.
Puedo cantarle a
la luna
y erizarte la
piel con elegancia
mientras
brindamos por un futuro incierto
cualquier noche
sofisticada.
Puedo confesarte
mis pecados
de terraza en
terraza
mientras jugamos
a navegar sin rumbo fijo
cualquier noche
acompasada.
*A ti, por ser mi tentempié de día y de noche. A ti, Madrid, por ser mucho más que una noche cualquiera de accidentes afortunados.