Derribaste mis torres
un día dependiente
y nuestros mundos,
en guerra,
a expensas del día
de mañana.
Lanzaste asteroides
sin calcular daños
colaterales allá por
2012, cuando pretendías
ser leyenda y ya
ni huella queda.
Fortaleciste mi voz
inquebrantable y reconstruí
los pedazos de mi suerte,
sin vaho ni reflejo
de tu querencia
depredadora.
*Escrito para el concurso de Poesías Postapocalípticas 2018
*Imagen: Roberto Núñez García