Y un puñado de sal
para callar tu canción.
Y un puñado de sal
para gritar tu silencio.
Y un puñado de sal
para arrancar las palabras.
Y un puñado de sal
para sanar las heridas.
Y un puñado de sal
para controlar el deseo.
Y un puñado de sal
para frotar contra el pecho.
.
.
.
Y un puñado de sal
para este noviembre lejano.
.
.
.
Un noviembre de versos inacabados,
de corazones agrietados,
de mares inexplorados,
de papeles arrugados.
*Inspirado en la obra de teatro Tristán e Isolda y en la canción Un noviembre lejano.