Me reinvento con
otro cortometraje
y escribo mi
propio guión.
Escojo a los
personajes:
reales y de
ficción.
Entretanto, el
blanco más puro
se difumina con
el rojo pasión.
Y el negro
pecado se derrama
impregnando un
eco en la habitación.
Inserto el
título con tu nombre
y subtitulo
nuestra canción.
Aparecemos en
escena
mientras se
entrecorta la respiración.
Entretanto,
grabo las palabras
que pronuncias
en cada actuación.
Y se me escapan
los segundos
que intento
pautar con antelación.
Cambiamos de
plano entre risas
con una sola
condición:
vivir
intensamente los intervalos
de cada
fotograma con auténtica pasión.
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