lunes, 13 de julio de 2015
Las cigüeñas no vienen de París
No a lo previsible, a lo típico,
a lo vulgar, a lo banal,
al racismo, al estereotipo,
a la ciudad de moda, a eso que llaman festival.
No a la informalidad, a lo fácil,
a solo apreciar lo comercial, a solo pensar en el qué dirán,
a la matanza de elefantes por marfil,
a los amores que vienen y van.
No a las esperas eternas, a los cuentos baratos,
al final predecible, al refresco sin gas,
al olor a tabaco, al beso no robado,
al tonteo sin picardía, a buscar una excusa más.
No a la mentira, a la hipocresía,
al lavado de cerebro, a perder viejas costumbres,
a la mente cerrada, al exceso de tecnología,
a la mirada vacía, a las generalizaciones.
No al miedo a lo desconocido, a comer solo,
a no dejarse llevar, a lo establecido,
a los candados en puentes, a no romper con todo,
a no donar, al reglón torcido.
No a la no organización, a las cañas sin amigos,
al cine sin palomitas, a la noche planificada,
a un cumpleaños sin velas, al párrafo no justificado,
al viaje sin postal, a una vida sin querer exprimirla.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
A ver cuando te animas en francés... ^^
ResponderEliminar