domingo, 29 de junio de 2014

Viajeros al tren


 
El corazón no entiende de cercanías
ni de lejanías.
Pero sí entiende de miradas cruzadas
a cualquier hora en Nuevos Ministerios.

Los pies solo entienden de prisas
en la estación de Chamartín,
de trasbordos en Atocha,
o de horas muertas en Aranjuez.

Las pulsaciones se aceleran contigo
–y a veces sin ti–
cuando deshojamos Las Margaritas
de un mayo sin parada.

Las voces gritan a los Cuatro Vientos
quebrando el recuerdo 
de un Doce de Octubre
que a veces conduce a esa calle llamada Melancolía.



*Escrito para el certamen de Renfe de 2014