domingo, 22 de noviembre de 2015

Vino en Bataclán



Ignoramos la enología universal 
y nos dejamos llevar por mostos de cuarta o
simples botellas sin molestarnos en 
leer la etiqueta. 

Solo distinguimos entre vino tinto, blanco o 
rosado. Mientras tanto, cubrimos con velo al albillo, 
al atabernado, al de garnacha… Y, sobre todo, 
silenciamos al peleón, que es el ordinario. 

Nos conformamos con un buen vino de mesa 
sin tener en cuenta el origen ni la fermentación, pues 
poco importan la uva o su clasificación. Crianza, reserva 
o gran reserva ya son palabras mayores.

Y al demonio con el año, el lugar, el racimo, la vendimia o 
la elaboración. Y que se abstengan los paladares exquisitos 
y demás bataclanes, que ya se encargan los grandes enólogos 
de encorchar bodegas y de embriagar hermandades. 



lunes, 26 de octubre de 2015

Cuando nada es suficiente



Podrás cambiar de marca de champú, 
echar más o menos sal que antes,
llegar más temprano que tarde…
Pero el cepillo no cambia de lugar.

Podrás echar abajo el muro de Berlín, 
derribar murallas,
cruzar fronteras…
Pero siempre quedará alguna barrera.

Podrás quebrarte la voz,
estrujarte los sesos,
arrancarte el pecho…
Pero el elenco de palabras sigue igual. 

Podrás cambiar de banda sonora,
de muebles,
de ambiente…
Pero el sol nunca se esconderá por el este. 



*A la violetera

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Equilibrio



Aquello que creemos (im)posible:
conseguir el punto exacto de la medida deseada
cuando la delgada línea que separa dos océanos
es imperceptible.

Cortar en partes iguales
es compensar la balanza de las dudas
mientras buscamos el toque (im)perfecto
y la palabra adecuada entre berenjenales. 

Dos terrones de azúcar cuando 
el cuerpo nos pide salado
y el corazón, tres cucharadas.
La cabeza asiente negando. 

Conocer tu universo, 
tu polo más sureño 
y transportarte a la luna 
sin quebrar tu infinito reverso.  


jueves, 20 de agosto de 2015

Dépaysement


La inmigrante pierde la noción del tiempo 
cuando atrás deja la ciudad sin nombre.
Lleva la esperanza en el bolsillo, el miedo
en los zapatos y la incertidumbre a cuestas.

La inmigrante rompe a llorar
cuando atrás deja un mar de olivos.
Lleva un sobrepeso de recuerdos, un nudo 
en el estómago y el corazón en la garganta.

La inmigrante viaja en clase turista 
cuando atrás deja un país de futuro incierto.
Lleva billetes mal doblados, el estrés 
en la mirada y canciones en las entrañas.

La inmigrante resopla en la estación 
cuando atrás deja un hogar vacío. 
Lleva la nostalgia en los nudillos, la ilusión
con candado y el destino encogido en la valija. 



*A todos aquellos que una vez emigraron

miércoles, 29 de julio de 2015

Years & years



No supe entender tu plano arquitectónico.
Ese en el que te inclinabas más por mesas y peceras 
que por casas de ángulo recto con jardín.

Es ahora cuando comprendo que eres equilátero, 
que tu triángulo es la suma de tres lados iguales, 
que tú bien sabes elegir el tono exacto en el momento preciso.

No supe ver las ondas sinuosas de las medusas que 
un día pintaste en tu habitación. Tampoco sabía cómo interpretar 
la manzana con pan un sábado cualquiera en Las Canteras. 

Es ahora cuando conozco esa forma que tienes de perderte 
en Míconos, Brighton, Londres o Madrid. Es ahora cuando
aprecio tu lado singular y creativo. 

No supe excavar ni romper los muros de hormigón, 
como tampoco supe fijarme en la minuciosidad de 
las paredes de esos castillos de arena.

Es ahora cuando descubro que estaba en lo cierto, 
que aquello que un día diseñaste, brilla hoy con luz propia
y con una armonía perfectamente imperfecta.  



*A mi hermano

lunes, 13 de julio de 2015

Las cigüeñas no vienen de París



No a lo previsible, a lo típico, 
a lo vulgar, a lo banal, 
al racismo, al estereotipo, 
a la ciudad de moda, a eso que llaman festival.

No a la informalidad, a lo fácil, 
a solo apreciar lo comercial, a solo pensar en el qué dirán, 
a la matanza de elefantes por marfil, 
a los amores que vienen y van.

No a las esperas eternas, a los cuentos baratos, 
al final predecible, al refresco sin gas, 
al olor a tabaco, al beso no robado, 
al tonteo sin picardía, a buscar una excusa más.

No a la mentira, a la hipocresía, 
al lavado de cerebro, a perder viejas costumbres, 
a la mente cerrada, al exceso de tecnología, 
a la mirada vacía, a las generalizaciones.

No al miedo a lo desconocido, a comer solo, 
a no dejarse llevar, a lo establecido, 
a los candados en puentes, a no romper con todo, 
a no donar, al reglón torcido.

No a la no organización, a las cañas sin amigos, 
al cine sin palomitas, a la noche planificada, 
a un cumpleaños sin velas, al párrafo no justificado, 
al viaje sin postal, a una vida sin querer exprimirla. 


domingo, 7 de junio de 2015

El cajón de sastre





Vuelve a sonar la marsellesa
en la habitación de las canciones eternas
y de las miradas     
sin frontera.

Huele a café y tostada
en la habitación de los calcetines sin pareja
y de las cosquillas
sin barrera.

Vuelve a encender otro cigarrillo
en la habitación de las camisas desordenadas
y de las caricias
con futuro incierto.

Huele a guiso recién hecho
en la habitación de la risa contagiosa
y de las historias
con final extranjero.


jueves, 14 de mayo de 2015

En la cuerda floja




Qué fácil sería…
          
         …centrifugar los problemas y apaciguarlos con suavizante.
         …tender lágrimas y dejar que se sequen al sol.
         …bordar sonrisas en un jersey que aún hay que tejer.
         …estar sola sin querer estar contigo.
         …hervir los sentimientos a fuego lento sin que el agua rebose.
         …revolver el miedo sin que se chamusque la ilusión.
         …saber la medida exacta de la incertidumbre.
         …enfriar el deseo con un poco de hielo.
         …descorchar la felicidad sin que el arroz se pegue.
         …parar el tiempo para perderlo contigo.