jueves, 20 de agosto de 2015

Dépaysement


La inmigrante pierde la noción del tiempo 
cuando atrás deja la ciudad sin nombre.
Lleva la esperanza en el bolsillo, el miedo
en los zapatos y la incertidumbre a cuestas.

La inmigrante rompe a llorar
cuando atrás deja un mar de olivos.
Lleva un sobrepeso de recuerdos, un nudo 
en el estómago y el corazón en la garganta.

La inmigrante viaja en clase turista 
cuando atrás deja un país de futuro incierto.
Lleva billetes mal doblados, el estrés 
en la mirada y canciones en las entrañas.

La inmigrante resopla en la estación 
cuando atrás deja un hogar vacío. 
Lleva la nostalgia en los nudillos, la ilusión
con candado y el destino encogido en la valija. 



*A todos aquellos que una vez emigraron