domingo, 11 de diciembre de 2016

Enviar sin asunto



Tengo tanto que decir, 
que no sé por qué documento empezar.
Nada que justificar,
pues ya se encarga el autocorrector de justificar 
los abrazos mal alineados. 

Tengo tanto que añadir,
que necesitaría dos vidas y ocho gigas.
Nada que esconder,
pues ya me cansé de no ser quien 
realmente soy, de ser opaca de noche y de día.

Tengo tanto que explicar,
que no sé si pueda sin contraseña.
Nada por lo que pedir perdón,
pues el karma se posicionó a mi favor 
para ponerle punto y final al suspensivo.

Tengo tanto que contar,
que me tiemblan los archivos.
Nada que salvar, 
pues los espacios en blanco no cuentan
y las descargas con efectos secundarios están de más.