domingo, 7 de junio de 2015

El cajón de sastre





Vuelve a sonar la marsellesa
en la habitación de las canciones eternas
y de las miradas     
sin frontera.

Huele a café y tostada
en la habitación de los calcetines sin pareja
y de las cosquillas
sin barrera.

Vuelve a encender otro cigarrillo
en la habitación de las camisas desordenadas
y de las caricias
con futuro incierto.

Huele a guiso recién hecho
en la habitación de la risa contagiosa
y de las historias
con final extranjero.